
RUANDA: 20 AÑOS SIN VENCEDORES NI VENCIDOS
Ruanda y Sudán de Sur
Con la perspectiva de los años, no cabe duda de que lo ocurrido en Ruanda en la primavera y verano de 1994 fue un genocidio. Y es que, aunque se registraron muertes de los dos lados, el mecanismo puesto en marcha por los hutus tenía la clara intención de exterminar a la minoría tutsi. Aquél fue el genocidio que mayor número de víctimas se ha cobrado en menos tiempo y, aunque no de igual manera, existen en la actualidad conflictos que bien recuerdan a lo que en su día tuvieron que ver y experimentar los ciudadanos ruandeses.
Sudán del Sur, el país más joven del mundo –se independizó de Sudán en 2011-, atraviesa desde el pasado 15 de diciembre una guerra que, pese al cariz de conflicto político que el Gobierno del país ha tratado de imprimirle, se ha materializado en asesinatos selectivos en base al origen étnico por parte de las fuerzas gubernamentales –dinka- y rebeldes –neur-, según alertó el director de Human Rights Watch en África, Daniel Bekele.
Campamento de refugiados de Sudán del Sur en el norte de Uganda. UNHCR-F/Noy
El detonante de la contienda, la acusación de intento de golpe de Estado del actual presidente del país, Salva Kiir, hacia el ex vicepresidente, Riek Machar, llegó tras años en los que cada una de las decisiones tomadas por el Gobierno, de mayoría dinka, eran vistas como un agravio hacia el resto de etnias. La situación, tensa desde que tras la independencia se tratara de hacer un reparto de poderes entre las dos etnias mayoritarias, terminó por explotar con la decisión del presidente de cesar al que había sido vicepresidente, Riek Machar, después de que éste anunciara su intención de presentarse a las elecciones de 2015.
Lo que empezó, pues, como un conflicto político, ha terminado por desembocar en una guerra entre etnias que ya se ha cobrado miles vidas y ha forzado a 1,7 millones de personas a abandonar sus hogares. Pese los tintes étnicos de los asesinatos, la directora de MSF en la Comunidad Valenciana, Mila Font, aseguró que el de Sudán del Sur es un conflicto diferente al de Ruanda en tanto en cuanto “el genocidio de Ruanda fue algo muy pensado y muy preparado”. Font explicó que, aunque a que a primera vista pueda haber muchos parecidos, la situación en Sudán del Sur proviene de “un problema político que no ha sido bien gestionado”.
La misma opinión compartió la integrante del equipo de Amnistía Internacional para África Subsahariana Carmen Mormeneo, que señaló que aunque el factor étnico sí que entra en juego en conflictos como el de Sudán del Sur, éste no es suficiente para explicarlo. “A veces la identificación con una etnia o un grupo religioso marca el acceso a los recursos”, explicó Mormeneo. “Clase social y etnia estarían muy mezclados. La pobreza sí puede estar en la base de los conflictos y marcar la participación o no en ellos, así como la lucha por los recursos naturales, pero hay países donde AI está denunciando las violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales y gozan de una relativa estabilidad”, continuó.
El conflicto de Sudán del Sur ha forzado a 1,7 millones de personas a abandonar sus hogares. AFP
Más allá de los parecidos en cuanto al carácter étnico del conflicto, otro de los aspectos que hacen similares estas dos guerras es, para las dos ONGs, la inadecuada respuesta de la comunidad internacional. “Las necesidades de la población y poner a ésta como primera razón para todo lo que hacemos no está siendo el caso”, declaró Font, que lamentó que en la actualidad no haya tantas organización trabajando sobre el terreno en Sudán del Sur como sería deseable.
Para Mormeneo, Unión Africana y Naciones Unidas deben tener en cuenta la “urgente necesidad” de desplegar sus operaciones de mantenimiento de la paz tanto en República Centroafricana como en Sudán del Sur, donde se están cometiendo “crímenes de guerra y de lesa humanidad”. Según explicó, el Consejo de seguridad de la ONU votó por unanimidad a favor de reforzar la misión de la ONU en Sudán del Sur (MINUSS) para proteger a la población civil aunque, dijo, cumplir con este acuerdo ha llevado “demasiado” tiempo.
Esta situación es, según dijeron, reflejo de que las lecciones que deberían haber sido aprendidas tras el genocidio de Ruanda no han sido interiorizadas por la población ni por la comunidad internacional. “Hace 20 años se dijo que eso no podía volver a pasar pero hoy en día los gobiernos siguen sin garantizar la protección de la población civil en los conflictos en África”, sentenció Mormeneo.
“”Resulta lamentable que ahora mismo, que los medios en España, por no ampliar el foco, somos tan repetitivos, tan reiterativos, tan previsibles y tan sectarios, sigamos ignorando permanentemente grandes zonas del mundo"
Alfonso Armada, periodista


