
RUANDA: 20 AÑOS SIN VENCEDORES NI VENCIDOS
Hacia el futuro
El futuro de un país depende de su presente pero también de su pasado. En Ruanda, quienes fueron niños durante el genocidio y vivieron de cerca el horror son ahora los encargados de sacar el país hacia adelante y, además, hacerlo sin rencores para construir una sociedad fuerte que sea capaz de superar lo que hace veinte años destruyó la convivencia. Las heridas que en su día abrieron el ver, oír y vivir en primera persona las atrocidades cometidas durante aquellos cien días difícilmente están cerradas pero no cabe duda de que mirar hacia el futuro es la única opción para continuar con la transformación del país. Aunque sin olvidar el genocidio, sus causas y sus consecuencias, tal y como defienden diferentes ONGs y organismos internacionales.
El centro de Kigali, la capital de Ruanda, en la actualidad. AFP
Para Carmen Mormeneo, de Amnistía Internacional, resulta “imposible” que en un periodo de tiempo de veinte años las heridas que un día abrió el genocidio se hayan cerrado, aunque reconoció que hay procesos “que ayudan más que otros”. Mormeneo apostó por valores como la verdad, la justicia y la reparación como “elementos fundamentales” en la reconstrucción de una sociedad tras un conflicto.
Pese a que la individualidad y el factor humano resultan clave para que cada una de las personas logre cerrar las heridas del pasado, según sostuvo la integrante de AI, también es fundamental la política que lleve a cabo el país, en la que es conveniente “apostar por los derechos humanos”. “El gobierno tiene que comprometerse a cumplir con su deber de respetar, defender y promover los derechos humanos y sus principios”, señaló Mormeneo, que explicó que para ello las políticas sociales deben están enfocadas a “fomentar la participación de la sociedad y la formación de verdaderos ciudadanos que se entiendan y entiendan a los demás como verdaderos titulares de derechos”.
Los jóvenes son los encargados de llevar el país hacia adelante. Nicolás Valle
La delegada de MSF en la Comunidad Valenciana, Mila Font, hizo especial hincapié en la dificultad que conlleva para los ruandeses vivir con normalidad después de haber sido testigos del genocidio, aunque mostró su deseo de que así sea o pueda llegar a ser. “Desde luego yo creo que lo importante es que no vuelva a pasar algo así”, dijo, y se mostró crítica, una vez más, con la respuesta dada por la comunidad internacional en cuanto al genocidio ya que “de alguna forma ésta dejó que aquello pasase”.
Para Font, resulta “difícil” que Ruanda pueda sufrir en el futuro un nuevo conflicto similar al de 1994 dado el control que ejerce en la actualidad el Gobierno, aunque no descartó la posibilidad de que así sea.
Según un informe de Human Rights Watch, pese a que en la actualidad existen ataques hacia el Gobierno de Ruanda que pueden tener la intención de continuar con la exterminación de los tutsis, éstos no cuentan con los medios necesarios para ejecutar campañas de la “extraordinaria escala y velocidad” del genocidio de 1994.


