
RUANDA: 20 AÑOS SIN VENCEDORES NI VENCIDOS
10.000 refugiados cada hora
Además de la elevada cifra de muertos, de los cuales 300.000 fueron niños, el genocidio dejó otras muchas víctimas en la forma de refugiados y menores de edad que quedaron huérfanos con sus vidas a la deriva. Según datos de Unicef, un total de 95.000 niños perdieron a sus progenitores tras los cien días de lucha armada y miles de ellos fueron víctimas de la brutalidad y la violación, mientras que otros miles, algunos con tan solo siete años, fueron obligados a tomar parte en las operaciones militares y empuñar armas contra su voluntad.
Durante los días previos al fin del conflicto, a mediados del mes de julio de 1994, se calcula que entre 10.000 y 12.000 personas cruzaron las fronteras de Ruanda cada hora, según datos de la BBC. En los países de destino de los miles de refugiados fueron, principalmente, Burundi, Tanzania y Zaire (en la actualidad República Democrática del Congo), que se asentaron en campos de refugiados creados “de la noche a la mañana”, según aseguró Mila Font, que destacó la elevada organización de este éxodo. A las necesidades sanitarias y alimentarias de las miles de personas que allí convivían se unió una epidemia de cólera que acabó con 50.000 vidas y que dificultó, todavía más, las labores de ONGs como Médicos sin Fronteras, que trabajó en Ruanda desde el inicio del genocidio. Sin embargo, y pese a haber “respondido” a la situación de emergencia, según explicó Font, la organización salió del país pocos meses después dado que “en muchos casos la ayuda humanitaria que iba para estos refugiados no estaba siendo utilizada como debería”.
Miles de refugiados huyen del genocidio de Ruanda. Clarín
“Lo que estaba pasando en los campos de refugiados es que vinieron de manera muy organizada de dentro de Ruanda, llegaron a los campos y los campos se organizaron simplemente copiando la misma estructura organizativa que tenían dentro de Ruanda, con los mismos líderes... Que eso sí que tuvo la parte práctica fácil de que fue mucho más fácil organizarlo todo pero luego también lo que estaba pasando es que muchos de esos líderes que continuaban controlando a esa población, su objetivo era volver a Ruanda y acabar lo que no habían acabado con el genocidio” declaró la delegada de MSF en la Comunidad Valenciana, que calificó como “muy difícil” la decisión de abandonar los campamentos. Sin embargo, explicó que lo hicieron “sabiendo que había muchas otras organizaciones que continuarían ese trabajo con los refugiados, pero para nosotros era importante decir y contarle al mundo que es lo que estábamos viendo”.
"La crisis humanitaria políticamente no complicada de refugiados más epidemia de cólera lavó la cara y valió de cortina de humo para que los errores políticos gravísimos de obstruir la respuesta al genocidio fueran completamente ignorados"
José Antonio Bastos, presidente de MSF España

