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RUANDA: 20 AÑOS SIN VENCEDORES NI VENCIDOS

La tardía respuesta de Naciones Unidas

Pese a lo escalofriante de las cifras y a que tan solo cinco días después del comienzo de la guerra Cruz Roja Internacional ya cifraba en decenas de cientos el número de víctimas, Naciones Unidas se negó a intervenir y no es hasta el 17 de mayo, más de un mes después, cuando admite que “actos de genocidio” han sido cometidos. Por ello decidió enviar a 5.500 soldados a Ruanda, aunque el envío se retrasa hasta el 22 de junio por el desacuerdo entre Naciones Unidas y EE.UU sobre la financiación de la operación. Para la delegada de MSF en la Comunidad Valenciana, Milagros Font, el genocidio era algo “previsible” ya que existían informes de analistas políticos y de miembros de Naciones Unidas que alertaban sobre la situación que atravesaba Ruanda. En concreto y según denunció en presidente de MSF en España, José Antonio Bastos, en un artículo publicado con motivo del veinte aniversario de la tragedia, se trata de un fax que el responsable de UNAMIR, la misión de los cascos azules en Ruanda, envió tres meses antes del desencadenamiento del genocidio a la oficina de las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas en Nueva York.

 

Las decisiones de la ONU y su tardía entrada en Ruanda, así como la actuación del resto de países de cara al genocidio, han sido cuestiones ampliamente discutidas durante estos veinte años por diferentes ONGs y entidades. Tratar de buscar una respuesta a lo que se hizo o se dejó de hacer es uno de los temas que, con motivo del 20 aniversario del genocidio, más se ha tratado, aunque no institucionalmente.

 

Según explicó Font, la primera negativa de la ONU para intervenir y el posterior retraso en hacerlo no puede sino responder al “histórico que venía de que la última intervención de los Cascos Azules en Somalia en 1992, que no tuvo muy buenos resultados y a que nadie realmente pensaba que hacer algo por la gente en Ruanda valía la pena, porque si no lo entiendo”. “Básicamente lo que se hizo fue mirar hacia otro lado y dejar que aquello pasase”, denunció.

 

Lo ocurrido en Ruanda y la forma en la que la comunidad internacional “dilató” la intervención para acabar con el genocidio dio lugar a “una profunda reflexión en Amnistía Internacional (AI) y  tras un profundo debate interno nuestra organización modificó su misión incorporando por primera vez, la posibilidad de pedir la intervención de fuerzas armadas, siempre bajo el mandato de Naciones Unidas”, explicó Carmen Mormeneo, miembro del equipo para África Subsahariana de Amnistía Internacional, en una entrevista concedida para este reportaje.

 

 

"Evidentemente los gobiernos de Francia, Bélgica y Estados Unidos en enero sabían de sobra que se preparaba un genocidio. Había que ser sordo para no darse cuenta de que lo se preparaba allí no eran unas cuantas masacres en reacción al asesinato del presidente ni nada"

José Antonio Bastos, presidente de MSF España

 

 

 

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